Si te decimos que casi una tercera parte de la Costa Brava y del Pirineo de Girona es un espacio natural protegido, ya te puedes hacer una idea de lo que encontrarás.
Ocho parques naturales, de contrastes espectaculares, pasando por las cimas nevadas a las playas y calas más encantadoras del Mediterráneo en pocos kilómetros.
Y en esta distancia tan corta, hay lugar para pueblos de pescadores y villas rurales de alta montaña. Para monasterios e iglesias románicas. Para restos íberos, ruinas grecorromanas, barrios judíos y fortificaciones medievales. Para todo el legado surrealista de Salvador Dalí.
También hay lugar para disfrutar de mil maneras diferentes. Haciendo esquí, BTT, golf o aprovechando los efectos relajantes de las aguas termales en algún balneario. Y siempre queda sitio para sentarse a la mesa y vivir una experiencia gastronómica única, que te dejará el meor sabor de boca de nuestras comarcas.